viernes, 13 de noviembre de 2015

MOCHILA III. NOSOTROS COMO PROFES. NOSOTROS COMO PADRES.

Os dejamos algunos sencillos consejos que aplicamos con nuestros alumnos con respecto a la preparación y revisión de la mochila:
La mochila tiene que prepararse justo después de finalizar los deberes. Nunca debe dejarse para cualquier otro momento del día.
Es necesario tener el horario escolar delante para evitar olvidos.
Es conveniente que siempre guarden el material en el mismo orden. Una manera que funciona bien es la siguiente:
- Libro y libreta de cada una de las materias que tocan al día siguiente (se comienza guardando el material de primera hora, el de la segunda y así sucesivamente). Es necesario tener en cuenta que hay asignaturas que pueden requerir material específico (como pinturas para la materia de Dibujo o ropa para cambiarse en Educación Física, por poner un par de ejemplos).
Es preferible que utilicen libretas en vez de carpetas con hojas sueltas, ya que en muchos casos estos folios suelen perderlos o son incapaces de clasificarlos con orden. El sistema de libreta también facilita una revisión más rápida del trabajo escolar.
- Una carpeta clasificadora de fichas. En Secundaria es inevitable que en ciertas materias se den folios de teoría o con ejercicios como complemento al libro de texto. Es conveniente entonces, que tengan una carpeta en la que puedan clasificar estas fichas para no perderlas. Un consejo que facilita su orden, es que se acostumbren a ponerles la fecha de entrega en la parte superior. De todas maneras, nosotros aconsejamos a los profesores que al alumnado más desordenado, se le pida que estas fichas las peguen o las grapen en la propia libreta de la asignatura.
- Estuche que contenga un lápiz, un par de bolígrafos, una goma, un afila y uno o dos rotuladores. Este material que acabamos de nombrar es el material indispensable que se requiere normalmente en Educación Secundaria. A partir de aquí se puede añadir más material, pero siempre y cuando el alumno sea cuidadoso y ordenado. Si no es el caso, cuanto menos material se incorpore a su estuche mejor, ya que tendrá una acceso más rápido a lo que en realidad necesitará en el aula y no perderá o estropeará material innecesario, con el consiguiente ahorro económico para las familias.
- La agenda escolar.





Con una supervisión adecuada en el aula durante una temporada, el alumando enseguida se acostumbra a este orden y no suele necesitar ayuda en casa. En los casos más graves, si la familia duda acerca del material necesario, puede acercarse en la hora de tutoría al centro, para que el tutor le elabore una lista específica.
EL ORDEN Y EL CUIDADO DEL MATERIAL ES NECESARIO Y ADEMÁS CONTRIBUYE A QUE EL ALUMNO SE SIENTA MEJOR CONSIGO MISMO Y SE HAGA MÁS RESPONSABLE. HAY QUE PRESTAR ATENCIÓN A ESTE ASPECTO.
Las fotografías que os enseñamos pertenecen a nuestro diario de aula. Se trata, en este caso del material de una de nuestras niñas con TDAH de 1º de ESO. También os queremos enseñar otra que representa la realidad del material del alumnado TDAH cuando este no se supervisa. En ella se puede ver el pequeño gran desastre que tenía uno de nuestros alumnos con sus bolis. Por cierto: ninguno de ellos escribía.
Al cabo de un tiempo de tomar estas fotos hacemos otras con su material ordenado para que también "visualicen" el orden y el desorden (para muchos el desorden es lo "normal").
A los padres y profes más escépticos, decirles que normalmente al día siguiente o a los dos o tres días de comenzar con la supervisión, los chicos entran en el aula queriendo mostrar orgullosos su mochila ordenada y limpia.


domingo, 1 de noviembre de 2015

DEBERES. NOSOTROS COMO PROFES.

En todos los cursos escolares hay un momento en que se plantea la conveniencia o no de que los profesores manden deberes para casa. El debate se genera siempre alrededor de más o menos las mismas preguntas: ¿realmente son necesarios? ¿Se ponen demasiados deberes? ¿Hasta dónde debe llegar la ayuda de los padres en la realización de los mismos? ¿Cuánto tiempo debiera ocupar un alumno con el trabajo escolar en casa? Se discute sobre ello (además como es un tema relacionado con la educación todo el mundo se considera con derecho a opinar y con conocimiento de causa) y se llega más a o menos a las misma conclusión en la que se inclina la balanza más hacia su eliminación que su defensa. Pasado un tiempo, la polémica se guarda en un cajón que no será abierto hasta el curso siguiente y el tema de los deberes, del que tanto se habló y discutió durante días y semanas, de repente, parece no importarle a nadie. Cada profesor vuelve con sus costumbres y rutinas de siempre como si nada hubiese sucedido. Así año tras año y curso tras curso.

NOSOTROS NO VAMOS A TRATAR AQUÍ SOBRE LA CONVENIENCIA O NO DE MANDAR DEBERES PARA CASA, entre otras razones porque consideramos que es una discusión que tiene que analizarse desde diferentes puntos de vista y, al igual que no todo o es blanco o es negro, también creemos que ni es malo todo lo relacionado con los deberes, ni se hace bien todo lo relacionado con ellos.

Una de las cuestiones a la que le damos más importancia cuando trabajamos con las familias de alumnado que tiene un TDAH diagnosticado o que presenta rasgos similares, es la ORGANIZACIÓN FAMILIAR. Durante la etapa de la niñez y al menos también durante el primer ciclo de la Educación Secundaria, es necesario crear ciertas rutinas que favorezcan una forma de vida y una convivencia general lo más estable, armoniosa y acogedora posible. De esta forma se evita el tener peleas en casa, día sí y día también sobre, por ejemplo, la hora de levantarse o sobre quien tiene que recoger la mesa después de comer. Hablando de deberes este factor, el del orden, se vuelve decisivo, por lo que siempre intentamos comenzar con los eternos consejos ya conocidos por todos de que los deberes debieran hacerse siempre más o menos a la misma hora y siempre en el mismo lugar con unas condiciones ambientales más o menos adecuadas.

Los desbarajustes y descontroles con los que nos encontramos ya han dejado de ser una sorpresa para nosotros. En prácticamente el cien por cien de las familias donde existen rasgos de TDAH, es hablar de deberes y tener la sensación de que cae una losa sobre los presentes. Nos encontramos de todo: desde los que tienen unos horarios de trabajo en casa de más de tres horas y los padres nos juran y perjuran que si no es imposible que les dé tiempo a terminar, los que requieren de la presencia de uno de los progenitores (normalmente la madre) que, a modo de profesora: explica, ayuda, corrige, improvisa ejercicios, toma lecciones… Por cierto, son aquellas madres que, con los ojos humedecidos e incrédulas ante un examen suspenso, nos dicen: “Es imposible. ¡Pero si se lo sabía todo!” y aquellas otras familias que, desesperadas, ponen sus ilusiones en manos de los profesores de clases particulares para que sean ellos los que se encarguen de ayudar. (En este caso tampoco sirve de mucho, pero ellas todavía no lo saben). Después también están las formadas por la combinación de varias, como los casos de los alumnos que, después de pasar hora y media o dos horas en clases particulares, y al comprobar que allí no les da tiempo a terminar, continúan otro tanto tiempo en casa.
Me he encontrado con una madre que me confesaba que los domingos por la tarde en su casa se dedicaban ella y su hija a repasar lecciones de ciencias y que, en época de exámenes se levantaban las dos a las seis de la mañana para repasar lo que juntas habían estudiado el día anterior hasta las diez o las once de la noche. Imaginarse el nivel de estrés de esta niña en clase y en los exámenes es, cuanto menos comprensible para cualquiera.

Lo peor de todos estos casos es que AL FINAL LAS NOTAS, esos resultados para los que se han invertido tantos y tantos esfuerzos, NO SON TAN BUENAS COMO SE ESPERABAN Y NI MUCHO MENOS SON TAN BUENAS COMO SE MERECERÍAN SER.

¿Vale la pena el esfuerzo titánico? Nuestra respuesta es CATEGÓRICAMENTE NO. SE PIERDEN DEMASIADAS COSAS POR EL CAMINO,

Ante todo lo presentado, NOSOTROS COMO PROFES, DEBIÉRAMOS TENER EN CUENTA AL MENOS, LAS SIGUIENTES CONSIDERACIONES:

En primer lugar HACER UNA REFLEXIÓN INDIVIDUAL sobre cuál es la finalidad que perseguimos con el trabajo escolar en casa. Pensar si realmente para el alumno ese trabajo es necesario y productivo para su aprendizaje. Debemos ponernos en su lugar, en la de cada uno de nuestros alumnos y analizar cuál sería entonces nuestra reacción ante los deberes. Debemos conocer sus realidades, ya no solo intelectuales o de capacidad, sino sus realidades sociales, familiares y económicas. Una familia que no tiene dinero para comer, o una familia en la que uno de los padres es alcohólico, o una familia donde hay un caso de enfermedad grave, o una familia donde hay malos tratos (estoy poniendo ejemplos de casos nuestros, REALES), a lo que menos importancia le va a dar, será a los deberes.
Debemos entonces dejar de obrar sin pensar, sin dialogar, sin cuestionarnos cosas. Debemos dejar de trabajar como autómatas y porque las cosas se hacen así porque siempre se hicieron así. Debemos dejar de pensar exclusivamente en nuestra asignatura, organizarla exclusivamente a nuestro modo y llevarla exclusivamente a nuestro terreno.
Si hay que eliminar los deberes, pues se eliminan. No pasará absolutamente nada, porque será fruto de la reflexión de un profesional.

INTENTAR QUE EL TRABAJO DE CASA SEA DIFERENTE A LO QUE SE HACE EN EL AULA. Si hay varias opciones, la de casa siempre debiera ser la más divertida. Si, por ejemplo, en clase se han hecho varios problemas de sumas y restas, nos podemos poner de acuerdo con los padres y que como trabajo tengan que hacer una pequeña compra en un supermercado, o si están haciendo ejercicios de rimas asonantes y consonantes, para casa se puede mandar buscarlas en alguna canción que les guste.

ASEGURARSE DE QUE TODOS LOS ALUMNOS SON CAPACES DE HACER EL TRABAJO EN CASA POR SI SOLOS Y EN UN TIEMPO RAZONABLE. Los deberes debieran poder adaptarse a las características de los diferentes alumnos. Si los conocemos bien, y debiéramos esforzarnos por ello, esto no supone gran esfuerzo por nuestra parte. Nos hemos encontrado en clase a niños con graves problemas de comprensión, con deberes en los que se les pedía un nivel de extracción de datos y de reflexión tales, que hasta para un adulto se hacían complicados. Esto es mucho más habitual de lo que pensamos, de hecho es casi el día a día de algunos alumnos y sucede porque, nosotros como profes, no somos responsables en este sentido. NI EL ALUMNO TIENE LA CULPA DE NO ENTENDER, NI NINGUNA MADRE TIENE LA OBLIGACIÓN DE HACER DE PROFESORA A LA DESESPERADA PORQUE LA EXPLICACIÓN DEL AULA NO ES SUFICIENTE.

TENER EN CUENTA LOS TRABAJOS, DEBERES Y EXÁMENES DE LAS DEMAS MATERIAS AL PONER EL TRABAJO DE LA NUESTRA. Esto sucede mucho en Secundaria. Así como exigimos la agenda escolar, nosotros como profes le prestamos poca o ninguna atención. No cuesta nada aplazar un trabajo o cambiar la fecha de un examen porque ya tienen la tarde lo suficientemente ocupada con otras cosas.

CUANDO HABLAMOS CON LOS PADRES Y CON COLEGAS DE ESTE TEMA, DECIMOS: SI EL TRABAJO ESCOLAR EN CASA LLEVA SISTEMÁTICAMENTE MÁS DE HORA Y MEDIA DIARIA O COMO MUCHO DOS HORAS (EN SECUNDARIA) LA CULPA NO ES DEL NIÑO, ES NUESTRA. Creemos que ese es el tiempo límite para hacer ejercicios, repasar y preparar la mochila para el día siguiente. A partir de ahí “se acabó el instituto” por ese día.

Pensemos que para entonces, ya le habrán dedicado más de una jornada laboral de ocho horas. Tienen más que merecido su descanso.

miércoles, 28 de octubre de 2015

MOCHILA II. NOSOTROS COMO PROFES.

La dificultad para mantener cierto orden con el material escolar es intrínseco a las características del TDAH. Sin pretender entrar en demasiadas explicaciones técnicas, simplemente entender los problemas de atención, así como los ligados a la planificación y a la resolución de problemas que genera el propio trastorno, ayuda a comprender y justificar esta falta de orden.
"Me he olvidado", "lo he perdido", "me lo han robado", "no me acuerdo donde lo he dejado"...Prácticamente a diario escuchamos quejas de profesores relacionadas con este tipo de "excusas" que nos ponen los alumnos cuando tienen que rendir cuentas acerca de su material. Inmediatamente lo asociamos a algo negativo, contraproducente para los estudios. Pero achacar esta situación a una falta de interés por parte del alumno es un error que no podemos permitirnos el lujo de cometer puesto que: o bien nos estamos equivocando y su olvido y desorden se deben exclusivamente a que padece un trastorno cuyas características le impiden ser organizado o, puede ser que efectivamente presente una falta de interés, pero que esta se deba a la ausencia prolongada de atención por parte de los adultos, y por tanto a que no se haya tratado el problema convenientemente.
Nuestra experiencia nos permite afirmar con cierto grado de seguridad, que si trabajamos este aspecto con el alumnado, conseguimos que preste más atención, se fije más en el cuidado de su material, piense más donde guarda sus cosas e invierta tiempo en preparar su mochila.
Las claves para que este tratamiento funcione se basan en dos cuestiones fundamentales: la rigurosidad por parte del profesorado encargado del registro y el contacto con la familia por si es un caso grave y se necesita revisión también en casa (normalmente esta última, especialmente en la Educación Secundaria, no es necesaria).
Esta revisión (puede encargarse el tutor o el profesorado de Pedagogía Terapéutica) debe hacerse A DIARIO hasta que nos cercioremos de que efectivamente el alumno es capaz de organizarse por sí solo. Una vez logrado, podemos ir aplazando las revisiones paulatinamente.

MOCHILA. NOSOTROS COMO PROFES.

Si quieres conocer mejor a tus alumnos, revisa de vez en cuando su mochila. En ella encontrarás pistas fiables.
La imagen que compartimos forma parte de nuestro diario de aula. A partir de ella preparamos la clase de mañana: Cómo organizar nuestro material. 
Recuerda que el ORDEN externo y rutinario, facilita el orden interno.

jueves, 1 de octubre de 2015

EMOCIONES. NOSOTROS COMO PROFES.

EMOCIONES. NOSOTROS COMO PROFES--------------------
ESTA ASIGNATURA, CONMIGO, YA LA TIENES APROBADA.
La importancia de las emociones en los afectados de TDAH, o aquellos que presentan una sintomatología afín, se vuelve vital a medida que pasan los años. Es tanta su importancia e influencia, que en la etapa de la adolescencia el tener en cuenta las emociones y por tanto su adecuada atención, puede marcar la diferencia, y de hecho lo hace en muchos casos, entre el éxito y el fracaso escolar de un alumno.
No manejar las emociones de forma correcta (conviene tener claro que estamos hablando de una AFECTACIÓN INTRÍNSECA AL PROPIO TDAH a nivel ejecutivo) afecta a la vida social en general, a la conducta y, por supuesto, al rendimiento académico de forma particular.
Un caso típico de alumno con TDAH de Secundaria es el de un alumno ansioso, frustrado y con muy baja autoestima. Ante un caso de este tipo su comportamiento en el aula será rebelde y su actitud ante el estudio negativa. Lo que ya de por sí es suficientemente grave, se complica cuando invertimos el orden y creemos que el alumno es rebelde y mal estudiante y de ahí su frustración y su ansiedad. Este error está ligado a que muchos profesores no se cuestionen ni valoren el hecho de atender a la raíz del problema: el nivel emocional.
Remontar un caso como el que estamos ejemplificando es tremendamente complicado. Influyen multitud de factores en la re-educación necesaria (la situación familiar es una de las fundamentales) y tenemos además el agravante de la edad.
A medida que uno se hace mayor, cambiar los rasgos, el modo de ser, el comportamiento... se hace cada vez más complicado.
El historial de fracasos que traen en su mochila estos alumnos viene acompañado de un sentirse poco capaces, sentirse poco útiles, de una definición de sí mismos como malos estudiantes y de numerosísimos intentos frustrados de cambio que, unido a la inestabilidad e inconsistencia de los adultos que lo acompañan, hace que el cambio requiera UN PLANTEAMIENTO Y UNA PLANIFICACIÓN RIGUROSA POR PARTE DE LOS PROFESORES.
Una forma de empezar es atendiendo a las emociones. Y para ello lo ideal es comenzar haciendo ver a estos alumnos que se confía en ellos, que el pasado es pasado y que este curso puede ser diferente. El que este caso no se convierta en uno más de su historial de intentos fallidos dependerá también de nuestro nivel de profesionalidad, que lleva implícito: planificación, atención diaria, constancia, etc.
Hace poco veíamos en una red social, una tabla en la que se reflejaban los motivos de por qué un alumno decide estudiar. Además de los conocidos puntos referidos a la orientación al aprendizaje, se destacaban otros que hacían referencia a los resultados: Deseo de obtener una calificación positiva, deseo de obtener recompensas externas a las tareas y deseo de ser valorado positivamente.
Seamos francos. En nuestra época de estudiantes estos aspectos estaban también en un nivel igual sino superior al del propio deseo de aprender. El sentirse valorado es importante en todas las facetas de la vida y el éxito llama al éxito de la misma manera que el fracaso a la desmotivación.
Al alumno de TDAH al que dedicamos esta publicación hay que darle oportunidad de éxito. Tiene que poder experimentar ese éxito para engancharse, para tener motivación hacia el estudio.
Una buena manera de comenzar el curso puede ser diciendo estas palabras:
"Quiero que sepas que mi asignatura ya la tienes aprobada. No puede ser de otra manera. Sólo suspenderás si te esfuerzas por suspender y como sé que no será tu caso, vamos a trabajar para mantenernos en el aprobado".

viernes, 11 de septiembre de 2015

NORMAS. NOSOTROS COMO PADRES. NOSOTROS COMO PROFES.

CONOCER Y NEGOCIAR LA NORMA.
En el anterior post señalábamos la importancia que tiene el sentar unas bases acerca del tratamiento de las normas en general, centradas fundamentalmente en el comportamiento que ante éstas debemos tener los adultos, tanto los padres como los profesores. Indicábamos entonces la importancia de mantener un orden centrado en la rigurosidad y la coherencia, que nos permita crear un ambiente lo suficientemente ordenado a nuestro alrededor, como para que el joven a nuestro cargo, intente mantenerse a la vez coherente con ese ambiente. Lo que pretendíamos era derivar la responsabilidad primera de las consecuencias de las normas al adulto, y no centrar el tema exclusivamente en el joven o el niño, como habitualmente se hace.
En este sentido vamos a centrarnos ahora en el siguiente reto:
DEBEMOS DAR A CONOCER LAS NORMAS ANTES DE OBLIGAR A QUE SE CUMPLAN.
Es de Perogrullo este enunciado, pero muchas veces reñimos o castigamos ante lo que consideramos una falta de comportamiento, sin tener en cuenta si la persona a quien nos dirigimos está en consonancia con nuestro parecer.
Tanto en casa como en el aula es preciso "perder tiempo" hablando de lo que se espera del comportamiento de los demás, así como de las consecuencias exactas de lo que sucederá después. Es decir, dar a conocer igualmente los premios y los castigos que seguirán al cumplimiento o al incumplimiento de dichas normas.
Aunque no pretendemos generalizar, pues cada caso es diferente y debe ser tratado en consecuencia de características como pueden ser la edad del niño, la existencia de un mal comportamiento prolongado en el tiempo o la presencia de un trastorno de conducta asociado, sí queremos dejar claro que existen ciertas cuestiones básicas en relación a la gestión de las normas que sirven para todos los jóvenes y niños en general.
Las normas que deben cumplir los menores son ni más ni menos que las que nos dicta el sentido común. Serán aquellas que posiblemente nos imponían nuestro padres y aquellas que permiten llevar a cabo una vida ordenada y normalizada. Debemos comenzar pues, con tener claro que nuestros hijos mantienen una estructura de funcionamiento lógica en relación a los aspectos que tienen que ver con las rutinas básicas del día a día. A saber: se levanta a su hora, se asea correctamente, mantiene sus cosas en orden, tiene una alimentación sana y equilibrada, realiza sus tareas de forma sistemática, es educado cuando se dirige a los demás, etc. Si no se cumplen estos indicadores básicos de poco nos va a servir sacrificar horas de nuestro tiempo pretendiendo que realice un horario de estudio semanal riguroso o mantenga la agenda escolar al día de forma ordenada. La casa no puede comenzar a construirse por el tejado.
El llevar una vida ordenada en el sentido al que nos referimos arriba, tiene mucho que ver con el orden que nosotros como adultos, tanto en casa como el aula, podemos transmitir. Recordamos de nuevo que los alumnos e hijos ordenados requieren de padres y profesores que son capaces de transmitir y mantener dicho orden.
A partir de este planteamiento debemos preguntarnos: ¿Nuestro hijo conoce las normas? Sólo cuando las respuesta es afirmativa estamos en condiciones de exigir su cumplimento, nunca antes.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

NORMAS. NOSOTROS COMO PADRES. NOSOTROS COMO PROFES.

SENTANDO BASES.
Cuando se habla de las normas, y sobre todo de las consecuencias que derivan de su cumplimiento o incumplimiento, nos planteamos como únicos protagonistas a nuestros hijos o a nuestros alumnos. En muy raras ocasiones reflexionamos acerca del papel que desempeñan los adultos y si lo hacemos, sin duda les otorgamos un papel básicamente secundario.
Si embargo la elaboración de la norma, la importancia que se le otorga a la misma y en general su gestión a lo largo del tiempo, es una función característica del adulto. Requiere por tanto, una reflexión acerca del enfoque previo que debería considerar el padre y el profesor antes de ceñirse a las consecuencias de su cumplimiento o incumplimiento, o antes incluso a la elaboración de la propia norma.
En relación a lo expuesto, trataremos de forma breve, lo que consideramos las bases fundamentales para el tratamiento de las normas y comenzamos en este post a través del siguiente aspecto:
LAS NORMAS REQUIEREN UN ORDEN.
Si lo que pretendemos es que nuestros hijos o nuestros alumnos nos obedezcan y se ciñan a ciertos comportamientos y normas que consideramos adecuados, debemos hacer nosotros, los adultos, un ejercicio de reflexión acerca del orden general que impera en el ambiente del aula o del hogar. Ante un ambiente desorganizado y mal estructurado, es mucho más complicado conseguir nuestro objetivo. El papel del adulto aquí, es tan importante o más que el del propio niño o adolescente ya que un ambiente organizado requiere un trabajo y una disciplina previa por parte del adulto.
Básicamente nos referimos a dos aspectos: coherencia y estabilidad.
En ningún caso lograremos conseguir mantener una conducta adecuada, y mucho menos modificar una inadecuada, si no predicamos con el ejemplo. Está sobradamente demostrado que nuestra forma de actuar funciona como modelo, por lo que a estas alturas, pretender conseguir un comportamiento de los jóvenes a nuestro cargo, obrando de la forma contraria, es perder totalmente el tiempo. No se puede ordenar silencio gritando, por ejemplo. Y, cuántas veces lo hacemos?
Si queremos orden, tenemos que ser "ordenados" nosotros mismos. Y no sirven de nada los grandes discursos, las broncas monumentales ni repetir ochenta veces los mismo. Lo verdaderamente efectivo es lo que se ve. Funciona mucho más el ejemplo que les damos, que todo lo que les podamos decir.
Ni que decir tiene, que la estabilidad es tanto o más importante. Y sin embargo es un factor en el que fallamos mucho los adultos. Si nos planteamos unas normas, debemos procurar hacerlo de manera que seamos capaces de mantenerlas en el tiempo. Antes de ordenar algo tenemos que hacer un trabajo previo y asegurarnos de que, nosotros mismos, vamos a ser capaces de mantener esa norma a lo largo del tiempo. Si le cuesta sentarse a hacer los deberes, no podemos ordenar hoy que se hagan los deberes después de comer y mañana olvidarnos de lo que hemos dicho u ordenar que se hagan a una hora distinta, por ejemplo. De igual forma no podemos ponernos firmes ante la exigencia de una norma, si no reflexionamos previamente de si seremos capaces de mantener esa firmeza hasta que la norma se cumpla de forma natural. ¿Cuántas veces montamos en cólera por algo que nuestro hijo o nuestro alumno no hace o ha hecho mal, y al día siguiente nos mostramos mucho más permisivos ante la misma conducta?
Un alumno o un hijo responsable requiere de un profesor o un padre responsable, no debemos olvidarlo. Y si se nos permite, hacemos alusión a las palabras que escribíamos durante las vacaciones y que están relacionadas con este "sentar las bases" con el que titulamos el post. La idea es invitar a reflexionar al adulto acerca de su papel coprotagonista ante la conducta de su hijo o alumno.
"¿POR DÓNDE EMPEZAMOS?
Hay ocasiones en la vida en la que es conveniente hacerse esta pregunta. Y no solamente cuando comenzamos con una nueva actividad o iniciamos una nueva andadura, un nuevo trabajo o un nuevo proyecto personal. También cuando veamos que la realidad que afrontamos en el día a día no obtiene los resultados esperados en relación a nuestros fines, o en todo caso, consideremos que los acontecimientos no toman el rumbo adecuado.
Hacerse esta pregunta, en este caso, no es para nada una tarea sencilla. Normalmente estamos tan ocupados y atendiendo a tantas cosas a la vez, con tantas responsabilidades y preocupados por aspectos que consideramos fundamentales, que pasamos de largo ante cambios básicos en la rutina adquirida. Cambios que, muchas veces, marcan la diferencia entre que las cosas vayan bien, vayan regular o vayan desastrosamente mal. Sólo el hecho de pensar en comenzar de nuevo o renovar nuestra manera de actuar, nos hace desistir antes del intento.
Pero, ¿qué pasa con las cuestiones verdaderamente importantes en nuestras vidas, como la crianza de un hijo o la educación de un alumno? ¿Realmente no vale la pena pararse a reflexionar acerca de cómo se están haciendo las cosas? ¿No vale la pena encarar los problemas de frente? ¿Realmente no ganamos, más que perdemos, volviendo a empezar si ello es necesario?"

NORMAS. NOSOTROS COMO PADRES. NOSOTROS COMO PROFES.

LOS CASTIGOS NO CAEN DEL CIELO. ANTES DEL CASTIGO ESTÁ LA NORMA.
El tema de los castigos y las normas se convierte en esencial cuando se trabajan temas relacionados con el aspecto conductual. Por desgracia, no podemos desligarlo del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
Es un tema amplio, un poco complejo y no exento de cierta polémica. Estos factores hacen que en ocasiones, por evitar entrar en aspectos "desagradables", pasemos por alto el estudio adecuado del mismo y actuemos de acuerdo a lo que nos dicta la conciencia o el carácter en ese momento, o que actuemos (no sabemos lo que es peor), como lo han hecho con nosotros nuestros propios profesores o nuestros padres.
PERO RESULTA QUE LA BUENA GESTIÓN DE LAS NORMAS Y UNA CORRECTA APLICACIÓN DEL CASTIGO ES FUNDAMENTAL PARA LA MEJORA DEL TRATAMIENTO DEL HIJO O DEL ALUMNO CON PROBLEMAS DE CONDUCTA. No puede ni debe, por tanto, tratarse al azar, sino que, como todos los temas relacionados con una buena educación, debe ser estudiado, analizado y cuestionado.
Cuando hablo con muchos profesores sobre los castigos que se aplican en el aula, les manifiesto, en la mayoría de la ocasiones, lo injusto que suelen parecerme. Entiendo a mis colegas docentes y realmente casi siempre estoy de acuerdo en que el alumno en cuestión necesita ser sancionado, e incluso muchas veces también comparto el castigo elegido. En lo que difiero, es en la manera de aplicar el castigo.
Los temidos "pues te quedas sin recreo", "fuera de clase", "al despacho del director" o el horrible "te pongo un parte de expulsión", etc., suelo compararlos con la siguiente situación que comparto con mis compañeros:
"Imagínate que estás en el salón de tu casa y, de repente, se descuelga la lámpara del techo. Menudo susto, no? La primera reacción seguro que es la preguntarte: ¿Cómo es posible? ¿Que ha pasado para que me suceda esto? ¿Qué he hecho mal? ¿Cuál ha sido el error? y acto seguido empezar a echar pestes contra el que la ha colocado (porque evidentemente, tú no tienes la culpa)".
Y es que en realidad, aunque entra dentro de lo posible... LAS LÁMPARAS NO SE DESCUELGAN DEL TECHO!
La misma emoción (y aseguramos que a veces con la misma intensidad) la sienten nuestro chicos ante el castigo desproporcionado e inesperado que soltamos, así, de repente. Y es que, realmente... LOS CASTIGOS TAMPOCO CAEN DEL CIELO.
Es necesario conocer ciertas cuestiones previas acerca de castigo, como que debe ser utilizado después del refuerzo positivo, como la inmediatez, como que debe ser premeditado y acorde a la conducta a modificar, etc. Pero antes de nada, lo más importante que se debe conocer del castigo, si realmente pretendemos que sea eficaz, es que PRIMERO HAY QUE TRABAJAR LAS NORMAS. Entonces el castigo ya no caerá del cielo, sino que será consecuencia de un comportamiento inadecuado o del incumplimiento de las funciones. Será algo que se puede controlar. Dependerá de uno mismo y, lo más interesante, la culpa no será sólo del que colgó la lámpara.
A ellas, a las normas, dedicamos nuestro siguiente post.

martes, 14 de julio de 2015

NOSOTROS COMO PADRES.

LOS PADRES SON PASTORES Y NO INGENIEROS.
El Dr. Russell A. Barkley, antiguo catedrático de Medicina de la Universidad de Massachusetts es, desde hace tiempo, una de las personas más importantes a nivel mundial sobre el conocimiento del TDAH, y sus publicaciones sobre el trastorno son un referente para cualquiera que quiera entender y profundizar sobre el mismo. Ha escrito varios libros, publicado numerosísimos artículos en las más prestigiosas revistas científicas y participado en infinidad de congresos, seminarios, cursos... Pero tan importante o más que todo esto, son los 30 años dedicados al tratamiento de los pacientes de TDAH. Este aspecto se refleja en sus escritos de manera que, más que frías cuestiones científicas, denotan aplicaciones prácticas y reales, fruto de la experiencia con el tratamiento directo con el afectado y sus familias.
Cuando preguntamos qué se entiende por el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, la mayoría de las personas responden que se trata de niños y adolescentes inquietos y con problemas para mantener la atención.
Aunque esto es parcialmente cierto, el Dr. Barkley hace tiempo que ha dejado de otorgarle tanta importancia a la hiperactividad (que desaparece con el tiempo y se mejora con la medicación) y también a la propia atención. De hecho dice que más que un déficit de atención, se trata de un problema de inhibición de la conducta.
Este aspecto, el de la falta de inhibición conductual, es el que no les permite a los pacientes de TDAH "desengancharse" de una respuesta equivocada y pararse a pensar, interrumpir un comportamiento y cambiarlo con flexibilidad según las normas, y responder adecuadamente a las frustraciones. Este control inhibitorio es además la base de la autorregulación, que puede definirse como la acción dirigida a uno mismo para cambiar el futuro. No se puede dirigir una acción hacia uno mismo si no se deja de responder a lo que ocurre alrededor, que es precisamente lo que les pasa a los TDAH: responden al entorno y no a sí mismos.
A este autor le debemos además el aporte de otro aspecto que suele mencionarse menos de lo que se debiera en los foros y debates del TDAH, y que tiene que ver con las EMOCIONES. La importancia de su gestión, tanto en casa como en el aula, pasan a ser consideradas fundamentales- al mismo nivel que el resto de las funciones ejecutivas de las que sí se habla- para la mejora de estos chicos.
Mencionamos todos estos datos por, e insistimos de nuevo, la importancia que tiene la información y la formación cuando lo que se pretende es mejorar nuestra atención a los TDAH. Ahora bien... con todo ello cabe preguntarse (y haciendo alusión a nuestro anterior post) ¿por dónde empezamos?
El Dr. Russel, nada más entrar los padres por primera vez a su consulta,empieza con una serie de reflexiones de las cuales nosotros destacamos TRES:
- Los padres son pastores y no ingenieros.
- El TDAH es una disfunción oculta y
- Aprender a pedir perdón.
A continuación, en palabras del propio autor, se explica en que consiste la primera.
LOS PADRES SON PASTORES Y NO INGENIEROS.
"Para empezar, creo que es importante cambiar la perspectiva de los padres respecto a sus hijos y los problemas de conducta que tienen.
Muchos padres creen que el TDAH o los síntomas relacionados con las conductas negativistas, se pueden cambiar de forma automática, simplemente a través del aprendizaje de habilidades para manejar mejor estas conductas y su aplicación, en el caso de su hijo. No se dan cuenta de que el TDAH es un trastorno neurogenético, y que ningún programa psicosocial, podrá eliminar el trastorno totalmente.
(...)
Así que la actitud que me gusta mantener, es una que llamo "los padres son pastores y no ingenieros". Me gusta que los padres adopten la actitud de actuar como pastor del niño. Igual que un pastor, la importancia de su papel, es conseguir los mejores prados en los que criar a estos niños -prados que son estimulantes y que pueden ayudar al niño a ser lo más efectivo posible. Pero igual que ocurre con el pastor, no puedes diseñar las ovejas como quieres.
No se puede cambiar la personalidad, las capacidades o habilidades de una manera notable. Los padres no son ingenieros. Prefiero que los padres entiendan que su función es AYUDAR AL NIÑO A ENFRENTARSE A SUS DIFICULTADES, a disminuir el impacto de sus disfunciones en las actividades y áreas principales de la vida diaria, y especialmente, a MEJORAR SU RENDIMIENTO ESCOLAR, para que tengan un mayor éxito en el entorno escolar.
No se puede rediseñar al niño, para que no tenga TDAH"

domingo, 12 de julio de 2015

NOSOTROS COMO PADRES. NOSOTROS COMO PROFES.

¿POR DÓNDE EMPEZAMOS?
Hay ocasiones en la vida en la que es conveniente hacerse esta pregunta. Y no solamente cuando comenzamos con una nueva actividad o iniciamos una nueva andadura, un nuevo trabajo o un nuevo proyecto personal. También cuando veamos que la realidad que afrontamos en el día a día no obtiene los resultados esperados en relación a nuestros fines, o en todo caso, consideremos que los acontecimientos no toman el rumbo adecuado.
Hacerse esta pregunta, en este caso, no es para nada una tarea sencilla. Normalmente estamos tan ocupados y atendiendo a tantas cosas a la vez, con tantas responsabilidades y preocupados por aspectos que consideramos fundamentales, que pasamos de largo ante cambios básicos en la rutina adquirida. Cambios que, muchas veces, marcan la diferencia entre que las cosas vayan bien, vayan regular o vayan desastrosamente mal. Sólo el hecho de pensar en comenzar de nuevo o renovar nuestra manera de actuar, nos hace desistir antes del intento.
Pero, ¿qué pasa con las cuestiones verdaderamente importantes en nuestras vidas, como la crianza de un hijo o la educación de un alumno? ¿Realmente no vale la pena pararse a reflexionar acerca de cómo se están haciendo las cosas? ¿No vale la pena encarar los problemas de frente? ¿Realmente no ganamos, más que perdemos, volviendo a empezar si ello es necesario?
POR DÓNDE EMPEZAMOS entonces? Una buena manera de obtener una respuesta sólida y efectiva, suele ser yendo a la base, al conocimiento del problema. Sólo de esta manera: conociendo la realidad que nos rodea, acercándonos a sus rasgos y comprendiendo sus peculiaridades, estaremos en condiciones de responder adecuadamente a lo que se nos plantea.
No es nuestra intención hacer alusión a un conocimiento científico que escape a nuestro entendimiento o que se aleje de las cuestiones más prácticas, es decir, de lo que pasa día a día en nuestras casas o en nuestras aulas donde hay chicos con TDAH o que presentan sus rasgos de manera más o menos acusada. Nuestra intención es, por tanto, presentar un conocimiento básico pero efectivo. Un conocimiento basado en la ciencia que nos permita solucionar nuestros problemas, planificar nuestra rutina de manera eficaz y, en definitiva, encarar la vida con un sentido de profesionalidad y de éxito.
"ES ESENCIAL QUE LOS PACIENTES Y SUS FAMILIAS ENTIENDAN CON DETALLE LA NATURALEZA DEL TDAH, LOS RIESGOS QUE SUPONE PARA EL CURSO VITAL DEL INDIVIDUO Y LAS DISTINTAS MANERAS DE ABORDAR Y TRATAR EL TRASTORNO"
R. BARKLEY

miércoles, 17 de junio de 2015

EXÁMENES. NOSOTROS COMO PROFES.

GESTIONAR UN EXAMEN "TRADICIONAL".
La manera más recomendable de evaluar al alumnado con TDAH no suele ser la del examen tradicional. Contamos con múltiples vías de información para poner una calificación que evitan situaciones de estrés al afectado, además de paliar las injusticias propias de un examen de este tipo.
Reflexionemos de nuevo sobre ciertas generalidades propias del alumnado con TDAH o de aquellos que presentan sus rasgos característicos, y sobre las repercusiones que éstas les provocan en una situación de examen:
- Tardan más en comenzar.
- Se quedan bloqueados.
- No acaban los exámenes, solamente los primeros ejercicios.
- Dejan las preguntas incompletas.
- No tienen en cuenta las aclaraciones que el profesor da para toda la clase.
- En ejercicios del mismo tipo, unos los hacen bien y otros los hacen mal.
- Suelen tener mala presentación.
Y sobre todo:
- NUNCA O MUY RARAS VECES REFLEJAN LO QUE SABEN REALMENTE EN UN EXAMEN TRADICIONAL.
Para que sean capaces de realizar este tipo de pruebas requieren de un entrenamiento muy específico que no se da en el aula ordinaria. Por esto se debería tener en cuenta, en primer lugar, la evolución del alumno desde su punto de partida. No todos parten con la misma base y por ello valorar de igual forma al final, es tremendamente injusto. Después deberíamos barajar seriamente la posibilidad de que en la puntuación final obtengan mayor valor porcentual aspectos como sus trabajos diarios, su esfuerzo teniendo en cuenta sus características, su participación en clase, etc., que el examen escrito. (Normalmente tiene más peso este segundo, en una relación de un 80% a favor del examen frente al 20% del trabajo diario)
Si con todo, el docente considera fundamental la prueba escrita, sería aconsejable utilizar exámenes tipo test o "de pregunta a pregunta", tal como se defendía en el anterior post de este blog.
A pesar de todo lo expuesto, y debido a la realidad con la que nos encontramos en las aulas estos finales de curso, consideramos necesario recomendar ciertos aspectos para aquellos docentes que mantienen el examen tradicional.
En el momento de programar una sesión de evaluación a través de un examen tradicional, y sobre todo a la hora de valorar dicha prueba, sería recomendable tener en cuenta ciertas consideraciones:
- Evaluar solamente lo importante, con pocos ejercicios y valorando que estos chicos y chicas suelen precisar más tiempo para terminar la prueba. UN EXAMEN NO TIENEN POR QUE TENER 10 PREGUNTAS.
- Procurar que las preguntas sean cortas (tanto en el enunciado como en la respuesta). Pueden ser preguntas de verdadero-falso, preguntas de señalar una alternativa entre varias dadas, preguntas de emparejar, preguntas de completar un enunciado, etc.
- Dejar mucho espacio para las respuestas.
- En los exámenes de matemáticas, sobre todo, hay que tener en cuenta el número de operaciones que puede hacer.
- Es necesario estar atentos a alumno con TDAH o características similares, durante el tiempo que dura el examen: aclarando sus dudas, facilitándoles explicaciones extra e intentando ofrecer un apoyo a su problema de recuperación de la información.
- Cuando entrega el examen es necesario revisarlo en el momento, marcar con un rotulador las partes que no ha contestado e insistir en que termine.
- Tener en cuenta el calendario de exámenes para evitar que tengan más de uno al día. Es preferible fijarlos en las primeras horas de la mañana, especialmente para los alumnos que toman medicación.
- A la hora de corregir, no se deben tener en cuenta la caligrafía, la presentación ni la ortografía. Deberemos tener claro lo que se pretende evaluar y ceñirnos a ello.

viernes, 29 de mayo de 2015

EXÁMENES. NOSOTROS COMO PROFES.

EXPERIMENTAR EL ÉXITO.
Como señalábamos en la anterior publicación, defendemos otro tipo de evaluación diferente al que se basa exclusivamente en los exámenes tradicionales. Consideramos que el alumnado que tiene dificultades a nivel de concentración, control, toma de decisiones inmediatas, memoria de trabajo, etc. debiera ser evaluado por la progresión y el esfuerzo diario en su trabajo.
Deberíamos pues, tener en cuenta el punto de partida y evaluar dicha evolución teniendo en cuenta sus características y sobre todo sus limitaciones. Recordemos que el alumnado con TDAH está considerado como alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE) y por tanto forma parte de nuestra obligación adaptar tanto su proceso de enseñanza y aprendizaje como de evaluación a sus condiciones y características.
Aprovechamos para recordar el artículo 14 de la próxima ley (LOMCE) en la que se indica lo que sigue:
"Será de aplicación lo indicado en el capítulo II del título I de la Ley 2/2006, de 3 de mayo, en los artículos 71 a 79 bis, al alumnado que requiera una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar necesidades educativas especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), por sus altas capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por condiciones personales o de historia escolar, para que pueda alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades personales y, en todo caso, los objetivos establecidos con carácter general para todo el alumnado".
Afortunadamente en las mayoría de las Comunidades Autónomas, existe ya un protocolo de actuación OFICIAL en el que se dan pautas y recomendaciones para el tratamiento multidisciplinar de estos alumnos y alumnas con TDAH. Concretamente en Galicia, este protocolo ha sido publicado el verano pasado. En ellos se hace insistencia en una reivindicación fundamental para la mejora de los resultados académicos de los afectados de TDAH o de aquellos que presentan sus características: MODIFICAR EL TIPO DE EXAMEN.
Nosotros proponemos dos opciones fundamentalmente y QUE SIRVEN, COMO LA MAYORÍA DE LAS MEDIDAS DE ATENCIÓN AL TDAH, PARA EL RESTO DEL GRUPO CLASE.
Estas opciones son:
- Examen tipo test en el que aparecen las distintas respuestas y el alumno escoge la adecuada. (En determinadas materias no es posible su realización y a veces es complicado realizar los test, por lo que se propone también:)
- Examen "de pregunta a pregunta". Básicamente consiste en hacer el mismo tipo de examen que teníamos previsto (con escasas adaptaciones) pero en vez de entregar el folio con todas las preguntas, se les da o dicta la primera y hasta que la termine no se les dice la siguiente. Así sucesivamente.
Seguramente habría que considerar la necesidad de contar con algo más de tiempo para realizar todas las preguntas. Esto no debiera suponer un problema si se planifica con tiempo. Una de las soluciones podría ser la de contar con la hora de apoyo para terminar este tipo de trabajos.
LA MEJORA DE LOS RESULTADOS CON ESTE TIPO DE EVALUACIÓN ES TAN BRUTAL, QUE INVITAMOS A TODO EL PROFESORADO A QUE LO PRUEBE, INCLUSO CON TODO EL ALUMNADO.
El examen no debiera ser lo más importante. Debiera ser, en todo caso, una nota más de las muchas que debemos tener en el seguimiento del proceso de aprendizaje de los alumnos.
DEBEMOS EVITAR A TODA COSTA QUE LOS ALUMNOS QUE TRABAJAN Y SE ESFUERZAN FRACASEN CONSTANTEMENTE. ESTE ES EL MOTIVO FUNDAMENTAL, COMPRENSIBLE EN CUALQUIER CASO, DE SU DESMOTIVACIÓN HACIA EL ESTUDIO.
PARA EVITARLO...
TIENEN QUE EXPERIMENTAR EL ÉXITO, Y EN ESTO, NOSOTROS COMO PROFES, TENEMOS EL PODER.

miércoles, 20 de mayo de 2015

EXÁMENES. NOSOTROS COMO PROFES.

El alumnado con TDAH, o sus características, como todos sabemos:
- Tienen problemas de concentración, por lo que se muy distraen fácilmente.
- Son impulsivos.
- No tienen un lenguaje interno que los guíe adecuadamente.
- Tienen problemas para recuperar la información previamente aprendida.
- Etc.
A poco que nos paremos a reflexionar, nos daremos cuenta de que no son éstas condiciones favorables para afrontar las duras sesiones de exámenes por las que tienen que pasar nuestros alumnos y alumnas.
Si hacemos una reflexión un poco más profunda acerca de una evaluación hecha a través de una prueba escrita, también nos daremos cuenta de que no aporta nada nuevo al propio conocimiento que ya tenemos del alumno a través de su trabajo diario (trabajos individuales y en grupo, libretas, interacciones diarias en el aula...). El examen por sí mismo sólo sirve para comprobar lo que sabe o no sabe el alumno y ésa información podemos obtenerla perfectamente a través de otras vías. Obcecarse en una manera de evaluar, que además sabemos ES INJUSTA para aquellos alumnos que presentan características como las que acabamos de nombrar, no sirve absolutamente para nada, y contribuye poco o nada al cambio que necesita nuestra escuela y a la erradicación del fracaso escolar. Desde aquí, invitamos al profesorado a:
- DAR PRIORIDAD A OTRO TIPO DE EVALUACIÓN Y
- TENER EN CUENTA LO QUE NOS DEMUESTRAN QUE SABEN NUESTROS ALUMNOS EN EL DÍA A DÍA.

NOSOTROS COMO PROFES.

5-2-5
Una de las cuestiones que nos planteamos los profesores cuando hablamos sobre la gestión de un aula, es cómo hacemos para atender adecuadamente a todos los alumnos, teniendo en cuenta las diversidad con la que nos encontramos.
La tendencia natural es la de impartir una clase para la mayoría. Y aunque intentamos atender a los alumnos con dificultades, en general la metodología global está enfocada al gran grupo.
Ésto que parece lo más lógico y normal, a veces se convierte en una injusticia para aquellos alumnos que se pierden dentro de ese ambiente de "normalidad".
Atender a la diversidad no es fácil pero es un reto al que debemos prestarle atención, mucho tiempo y mucha dedicación.
La única forma de organizar y atender un aula adecuadamente es CONTANDO CON UNA BUENA PROGRAMACIÓN. Con alumnado con TDAH, o sus características, no podemos permitirnos la improvisación, puesto que ellos necesitan tener todo MUY organizado mentalmente, y somos nosotros quienes debemos facilitar previamente esta organización.
Presentar una clase bien planificada y estructurada evita situaciones de desconcierto, de inatención e incluso de mala conducta o de desmotivación.
Otro aspecto a tener en cuenta es el APROVECHAR BUENAS PRÁCTICAS PEDAGÓGICAS QUE SEAN BENEFICIOSAS PARA TODA LA CLASE. Pretender atender individualmente cada caso en todo momento es básicamente imposible, y muchas veces nos quedamos con esta premisa en vez de tratar de buscar alternativas que nos faciliten el día a día.
No nos cansaremos de repetir que LAS ESTRATEGIAS QUE NECESITAN LOS ALUMNOS CON TDAH SON BENEFICIOSAS PARA TODOS SUS COMPAÑEROS.
Con todo, el alumnado con TDAH sí necesita cierta cercanía o cierto control por parte del profesor, debido fundamentalmente a la dispersión verbal, motora y cognitiva que le es característica
Una estrategia posible a seguir podría ser la 5-2-5.
-Antes de entrar en el aula, el profesor repasa su programación diaria durante 5 minutos. Establece claramente lo que va a hacer esa sesión y lo que espera alcanzar de de los alumnos, también del o de los TDAH.
- En algún momento (por ejemplo, después de una explicación) deberá dedicar 2 minutos a asegurarse de que los alumnos con dificultades están siguiendo el ritmo de la clase. A veces basta con acercarse y revisar el cuaderno, o simplemente hacer un par de preguntas.
- Al final de la clase, el profesor deberá reservar 5 minutos para reunirse con el alumnado con dificultades y asegurarse de que ha entendido el grueso de la materia. Es a partir de ahí de donde debiera continuar el profesor la sesión siguiente.
También es el momento en el que el alumno apunta en la agenda (con la supervisión del profesor) lo que debe hacer y repasar en casa.
Es decir bastarían 7 minutos de una sesión de 50, para la atención individualizada al alumnado con TDAH.

NOSOTROS COMO PROFES.

No todos los profesores sirven para dar clase a un alumno con TDAH.
Los chicos y chicas con TDAH, o con rasgos graves del trastorno, precisan profesorado:
- TRABAJADOR
- INFORMADO
- ORGANIZADO
- FLEXIBLE
- PERSEVERANTE
- CON FUERZA DE VOLUNTAD
- SISTEMÁTICO
- IMPLICADO Y...
-CON EXPECTATIVAS HACIA EL ALUMNO!!
Para ser un profesor, a la altura de un alumno con TDAH, hay que ser: UN BUEN PROFESOR!

RUTINAS.

NUNCA, NUNCA, NUNCA salimos de casa... SIN UN BUEN DESAYUNO!

AGENDA ESCOLAR.

Una buena manera de organizar la agenda escolar puede ser la siguiente:
- Aparecen todas las materias. De esta forma no se olvidará tan fácilmente de anotar los deberes correspondientes.
La tarea de escribir el nombre de las materias, puede hacerse el fin de semana anterior.
- En casa, después de hacer los ejercicios de la asignatura, debe REPASAR lo visto ese día en clase. Dependiendo de la materia, se repasa de forma distinta: la materias más prácticas (matemáticas o inglés, por ejemplo), se repasan volviendo a repetir los ejercicios que ese día se han corregido en clase. Este punto es importante: SÓLO SE REPASAN LOS EJERCICIOS CORREGIDOS ESE DÍA. En las materias más teóricas se hará una lectura detenida (de los visto ese día) y se puede comenzar con el subrayado y los esquemas. Es importante que todo aquello que no se entienda, se anote en la agenda del día siguiente para PREGUNTARLE AL PROFESOR.
Este trabajo de repaso debiera hacerse relativamente rápido puesto que sólo se repasa lo que se ha visto esa mañana (lo anterior ya debiera estar repasado).
De alguna forma con este trabajo diario, ya se están preparando las evaluaciones y sirve para poder comprobar inmediatamente si el alumno comprende la asignatura.
- Se organiza el trabajo a preparar a largo plazo (la entrega de un trabajo, la lectura obligatoria o la preparación de un examen). Si no se hace esto de forma sistemática, se corre el riesgo de dejar las cosas para última hora. Estos niños en ningún caso pueden pegarse "atracones" de estudio y tampoco es conveniente que se pasen más de dos horas con los deberes por lo que, para conseguir llevar las cosas al día, lo ideal es ORGANIZAR EL TRABAJO POR PARTES.
LOS PADRES SÓLO DEBIERAN HACER UNA SUPERVISIÓN DE LA AGENDA. ASEGURARSE DE QUE LOS DEBERES ESTÁN HECHOS (NO SI ESTÁN BIEN O MAL), COMPROBAR QUE SE HA HECHO EL REPASO Y ASEGURARSE DE QUE SE ANOTAN LAS DUDAS PARA EL PROFESOR (ESTE PUNTO ES EL MÁS IMPORTANTE).

RASGOS. CIENCIA.

El TDAH ES UNA DISFUNCIÓN. Por lo tanto no se puede "enseñar" a no tener TDAH. Muchas veces intentamos que quienes lo padecen, sean, hagan y se comporten como los demás. En realidad ésto no es posible y fracasamos en el intento.
Lo más efectivo, es REAJUSTAR EL ENTORNO del afectado (o del que presenta sus características de forma más o menos grave) para, de alguna forma, facilitarle la vida tanto escolar como familiar.
En científico de referencia mundial actual, Russell Barkley, nos habla de "colocar andamios" alrededor de estos chicos, que le permitan acercarse o llegar a los objetivos de los demás de su edad.
A veces bastan pautas sencillas pero bien planificadas y aplicadas de forma sistemática.

miércoles, 13 de mayo de 2015

EMOCIONES.

Que un alumno sea capaz de autorregularse emocionalmente durante toda la mañana es complicado. Más todavía si es o presenta rasgos característicos del TDAH.
LA AUTORREGULACIÓN EMOCIONAL ES UN RECURSO LIMITADO.
Es como un depósito que se va vaciando a lo largo del día. (Incluso a medida que se les va el efecto de la medicación, si es el caso). Para rellenarlo debemos:
- RECOMPENSARLES A MENUDO POR SUS ESFUERZOS.
- DARLES CONSTANTES FRASES DE ÁNIMO.
- PERMITIRLES DESCANSAR MUY FRECUENTEMENTE.
En este sentido, para casa se recomiendan los mismos consejos.. También es beneficiosa una actividad física diaria y el consumo de glucosa. (A ser posible, estos últimos aspectos deben consultarse con especialistas).
R. Barkley.

RASGOS. CIENCIA.

El foco de las dificultades que presentan los niños o adolescentes con TDAH, se encuentra en las FUNCIONES EJECUTIVAS, que se regulan en el lóbulo frontal del cerebro.
Una de estas funciones es LA MEMORIA DE TRABAJO, que es la que nos permite guardar en la mente la información y los pasos necesarios para guiar nuestra conducta. De ahí que les cueste reproducir situaciones que previamente habían aprendido.
Requieren de nosotros, por tanto: control, normas, límites muy claros, repeticiones... pero sobre todo mucha paciencia y mucha comprensión.

EMOCIONES. RASGOS.

Numerosos estudios demuestran que el factor que mejor pronostica el RECHAZO que pueden sufrir los niños y niñas con TDAH, no es ninguno de los síntomas tradicionales asociados al trastorno (inatención, hiperactividad e impulsividad), sino que el factor que más determina el RECHAZO SOCIAL es el COMPONENTE EMOCIONAL DEL TDAH.
A saber:
Los que lo padecen, no regulan las emociones para que se adapten a la situación en la que se encuentran, a sus objetivos o a su bienestar a corto o largo plazo.

Debido a esto en las aulas vemos que:
- Tienen dificultades para calmarse cuando aparece una situación problemática.
- Tienen dificultades para dejar de concentrarse en aquello que los provoca. Por ejemplo, si algo les sugiere una fuerte emoción (de enfado, de risa...) les cuesta mucho más que a otros alumnos dejar de pensar en eso que los provoca. Aún cuando se les llame la atención, son incapaces de modificar el pensamiento tan inmediatamente como otros.
- No son capaces de abandonar una situación problema. Pongamos un ejemplo práctico: cualquiera de nosotros si nos sentamos al lado de alguien que nos molesta o nos causa problemas, lo que hacemos es intentar cambiarnos de sitio. Pues bien, estos niños, una vez que toman un camino conductual no son capaces de modificarlo, es decir, no son capaces de hacer esa reestruturación mental de cambio que les permita abandonar una determinada situación.
- No son capaces de reevaluar una situación problema, es decir, no son capaces de pararse a pensar: "Esto que hago no es lo adecuado, por lo tanto, debería hacer esto otro".
Estas características, provocadas por las deficiencias a nivel ejecutivo, hacen que muchas veces las confundamos con mal comportamiento o con desobediencia, cuando en realidad no es así. TENEMOS POR LO TANTO QUE CONOCER PRIMERO ESTAS CARACTERÍSTICAS y después actuar en consecuencia de las mismas.
Si juzgamos al alumno sin conocer su problema, no sólo estaremos actuando de manera equivocada, sino que, además, estaremos contribuyendo a agravar todavía más el trastorno.

CIENCIA.

HAY ALGUIEN QUE NO CREA EN EL MÉTODO CIENTÍFICO?
Es decir, en las prácticas que emplean los científicos para confirmar una teoría a través de la observación de un determinado fenómeno, establecer una hipótesis de trabajo y después experimentar, revisar y supervisar dicha experiencia...
Pues bien, EN LAS CIENCIAS SOCIALES TAMBIÉN SE EMPLEA EL MÉTODO CIENTÍFICO.

RASGOS.EMOCIONES.CIENCIA.

Existen dos interesantes vías de reflexión que, nosotros como profesores, podemos y debemos hacer con respecto al alumnado que presenta TDAH.
1. Qué nos dice la ciencia con respecto a este trastorno.
Numerosos investigadores llevan años publicando interesantes trabajos en revistas científicas, tesis doctorales, libros especializados... que nos aportan una visión REAL de las características, de la evolución y de las necesidades del trastorno. También es interesante analizar el recorrido histórico y observar que los trabajos en este sentido evolucionaron muy rápidamente. Ver que lo que se decía hace unos años, se adapta ahora a la nueva realidad social en la que vivimos. Las costumbres familiares (por desgracia no tanto las escolares) variaron mucho en pocos años. De nada sirve no tener en cuenta esta circunstancia, tanto para el tratamiento del TDAH, como para cualquier otro tipo de trastorno o síndrome.
La nueva tendencia (insistimos en que demostrada científicamente) es tener en cuenta EL AUTOCONTROL EMOCIONAL para la mejora de los síntomas.
2. Qué tenemos que hacer al respecto, nosotros como profesores.
Una vez que tenemos una visión REAL de lo que es y de lo que implica el trastorno, lo ideal es hacer una reflexión sobre lo que podemos aportar nosotros para la mejora del mismo desde dentro de las aulas, que es mucho. Tanto, que se vuelve fundamental en la vida del que lo padece a nivel general, ya no sólo a nivel académico.
A poco que reflexionemos veremos que precisamos formación, sobre todo, pero también profesionalidad, organización, flexibilidad, perseverancia...
Como no forma parte de nuestro trabajo el aspecto médico (si está bien o mal diagnosticado, si está bien o mal medicado, si tiene o no tiene TDAH, etc.), y como sabemos de las polémicas que existen en este terreno, nosotros como profesores, deberemos hacer uso de la profesionalidad que nos caracteriza y CENTRARNOS EN LOS RASGOS, EN LAS CARACTERÍSTICAS que presenta el alumnado y obrar en consecuencia para mejorar los aspectos negativos de los mismos. Lo menos importante es la etiqueta que comportan y mucho menos entrar en polémicas que nos impidan actuar a tiempo.