miércoles, 2 de septiembre de 2015

NORMAS. NOSOTROS COMO PADRES. NOSOTROS COMO PROFES.

LOS CASTIGOS NO CAEN DEL CIELO. ANTES DEL CASTIGO ESTÁ LA NORMA.
El tema de los castigos y las normas se convierte en esencial cuando se trabajan temas relacionados con el aspecto conductual. Por desgracia, no podemos desligarlo del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
Es un tema amplio, un poco complejo y no exento de cierta polémica. Estos factores hacen que en ocasiones, por evitar entrar en aspectos "desagradables", pasemos por alto el estudio adecuado del mismo y actuemos de acuerdo a lo que nos dicta la conciencia o el carácter en ese momento, o que actuemos (no sabemos lo que es peor), como lo han hecho con nosotros nuestros propios profesores o nuestros padres.
PERO RESULTA QUE LA BUENA GESTIÓN DE LAS NORMAS Y UNA CORRECTA APLICACIÓN DEL CASTIGO ES FUNDAMENTAL PARA LA MEJORA DEL TRATAMIENTO DEL HIJO O DEL ALUMNO CON PROBLEMAS DE CONDUCTA. No puede ni debe, por tanto, tratarse al azar, sino que, como todos los temas relacionados con una buena educación, debe ser estudiado, analizado y cuestionado.
Cuando hablo con muchos profesores sobre los castigos que se aplican en el aula, les manifiesto, en la mayoría de la ocasiones, lo injusto que suelen parecerme. Entiendo a mis colegas docentes y realmente casi siempre estoy de acuerdo en que el alumno en cuestión necesita ser sancionado, e incluso muchas veces también comparto el castigo elegido. En lo que difiero, es en la manera de aplicar el castigo.
Los temidos "pues te quedas sin recreo", "fuera de clase", "al despacho del director" o el horrible "te pongo un parte de expulsión", etc., suelo compararlos con la siguiente situación que comparto con mis compañeros:
"Imagínate que estás en el salón de tu casa y, de repente, se descuelga la lámpara del techo. Menudo susto, no? La primera reacción seguro que es la preguntarte: ¿Cómo es posible? ¿Que ha pasado para que me suceda esto? ¿Qué he hecho mal? ¿Cuál ha sido el error? y acto seguido empezar a echar pestes contra el que la ha colocado (porque evidentemente, tú no tienes la culpa)".
Y es que en realidad, aunque entra dentro de lo posible... LAS LÁMPARAS NO SE DESCUELGAN DEL TECHO!
La misma emoción (y aseguramos que a veces con la misma intensidad) la sienten nuestro chicos ante el castigo desproporcionado e inesperado que soltamos, así, de repente. Y es que, realmente... LOS CASTIGOS TAMPOCO CAEN DEL CIELO.
Es necesario conocer ciertas cuestiones previas acerca de castigo, como que debe ser utilizado después del refuerzo positivo, como la inmediatez, como que debe ser premeditado y acorde a la conducta a modificar, etc. Pero antes de nada, lo más importante que se debe conocer del castigo, si realmente pretendemos que sea eficaz, es que PRIMERO HAY QUE TRABAJAR LAS NORMAS. Entonces el castigo ya no caerá del cielo, sino que será consecuencia de un comportamiento inadecuado o del incumplimiento de las funciones. Será algo que se puede controlar. Dependerá de uno mismo y, lo más interesante, la culpa no será sólo del que colgó la lámpara.
A ellas, a las normas, dedicamos nuestro siguiente post.

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