Uno de las cuestiones que nos planteamos los profesores y que además genera debate y cierta controversia en aquellos más profanos en la materia, es la que se refleja en el siguiente comentario: “Pero si para lo que le interesa está atento!” y que cualquiera de las personas relacionadas de alguna u otra manera con el Trastorno por Déficit de Atención, a buen seguro habréis escuchado centenares de veces.
Antes de pasar a reflexionar sobre este hecho e intentar aclarar el por qué sucede, es importante ir a la base real del problema.
En muchas ocasiones hemos defendido la importancia que tiene la investigación en relación a este trastorno. El hecho de pasarse por alto la literatura científica hace que, tajantemente y sin criterio alguno, tratemos de “resumir” y simplificar realidades que para nada son sencillas, sino más bien todo lo contrario. En el TDAH conviven, además, infinidad de aspectos y todos en el mismo nivel de importancia. A saber: sociofamiliares, personales, historia clínica y escolar, medicación, trastornos asociados, comorbilidad, etc., que hacen que el tema no pueda tratarse a la ligera. Simplificar las cosas lleva a encontrar resquicios por los que colarse y hacer comentarios sin fundamento, como el que expusimos más arriba. El TDAH es muchísimo más que “les cuesta prestar atención” o “son inquietos”.
En muchas ocasiones hemos defendido la importancia que tiene la investigación en relación a este trastorno. El hecho de pasarse por alto la literatura científica hace que, tajantemente y sin criterio alguno, tratemos de “resumir” y simplificar realidades que para nada son sencillas, sino más bien todo lo contrario. En el TDAH conviven, además, infinidad de aspectos y todos en el mismo nivel de importancia. A saber: sociofamiliares, personales, historia clínica y escolar, medicación, trastornos asociados, comorbilidad, etc., que hacen que el tema no pueda tratarse a la ligera. Simplificar las cosas lleva a encontrar resquicios por los que colarse y hacer comentarios sin fundamento, como el que expusimos más arriba. El TDAH es muchísimo más que “les cuesta prestar atención” o “son inquietos”.
Por otro lado está el sentido común: Por supuesto que para lo que le interesa está el alumno con TDAH más atento. ¿Acaso esto mismo no nos sucede a las demás personas? Siempre nos mostramos más atentos e implicados con aquello que nos interesa. Ahora bien, si analizamos el umbral de atención en aquellos aspectos que “interesan” al alumnado, el del TDAH seguirá siendo más bajo que el del alumno que no padece el trastorno.
Pongamos un ejemplo práctico: el uso del ordenador. Hemos comprobado infinidad de veces que cuando el TDAH trabaja con el ordenador está más atento de lo que lo está habitualmente en una clase más convencional. Volvemos al inicio: “Para lo que le interesa está más atento”. Cierto. Pero a donde queremos llegar es a que se comprenda que también los demás alumnos estarán más atentos y más interesados al trabajar con el ordenador y que, con todo, en esta actividad el perfil de atención seguirá siendo considerablemente más bajo en el caso del TDAH en comparación con el resto.
Pongamos un ejemplo práctico: el uso del ordenador. Hemos comprobado infinidad de veces que cuando el TDAH trabaja con el ordenador está más atento de lo que lo está habitualmente en una clase más convencional. Volvemos al inicio: “Para lo que le interesa está más atento”. Cierto. Pero a donde queremos llegar es a que se comprenda que también los demás alumnos estarán más atentos y más interesados al trabajar con el ordenador y que, con todo, en esta actividad el perfil de atención seguirá siendo considerablemente más bajo en el caso del TDAH en comparación con el resto.
Tenemos un hecho comprobable: El alumno se concentra más cuando trabaja en el ordenador. Pues empleemos más esta metodología para alcanzar nuestros objetivos y nunca para juzgar a la ligera una dificultad. Para eso se requiere preparación y estudio. Seamos serios y rigurosos al respecto.